sábado, 24 de septiembre de 2016

Jimmy Morales, un tonto forrado de oro

 No fueron abogados, claro, fueron sus asesores “políticos” de la línea dura, extremista y de la guerra total los inductores,  los que están felices, exultantes de contentos, tener a su disposición a un tonto forrado de oro, lo cual no es extraño, pues ellos lo pusieron en el puesto mediante el engaño, el artificio verbal de ni corrupto ni ladrón  y que sorprendieron al pueblo de Guatemala urgido de cambios y todavía con una enorme ingenuidad, pensando de la mejor manera; porque a veces llego a creer que el partido con mayor prestigio de Guatemala sigue siendo el ejército y el pueblo guatemalteco, el pueblo más derechizado del mundo o el pueblo más pendejo del planeta.


JIMMY MORALES, UN TONTO FORRADO DE ORO
(Don Quijote a Sancho Panza dixit).


Por Luciano Castro Barillas

Es asunto viejo en la dialéctica materialista, o sea la filosofía del marxismo, explicar las causas y los motivos. El joven Marx en sus escritos de 1848 comenzó elucubrando lo que luego sería, al pasar de los años y ya en la madurez, su teoría científica sobre la historia económica de la sociedad.  Si no se utilizan estos dos principios de la dialéctica, el análisis queda en la superficie. Pero más aún, se necesita poner en el contexto nacional o regional los intereses del imperialismo estadounidense, porque esa es la única manera de aprehensión, de conexión concreta con la realidad económica, con los negocios; dado que la política es la expresión concentrada de la economía.

El capitalismo, por lógica, busca el capital. Busca la manera de instrumentalizar el dinero, para que no sea solamente una herramienta de riqueza humana, sino un instrumento de opresión. Esa es su naturaleza, la voracidad extrema sin que importe nada: principios, valores, ideas, naturaleza, ser humano, patria y sociedad. Es un mundo oscuro únicamente con un norte: el dinero. El poder del capital ominoso, abominable, para limitar o coartar cualquier felicidad del ser humano, menos la del capitalista y sus lacayos.

Por ello, cuando uno asiste a un Decreto Ejecutivo como el emitido hace apenas unos cinco días en un país llamado Guatemala, que disminuía garantías constitucionales consagradas en la Carta Magna, uno tiene obligadamente que detenerse a pensar de donde provienen esas ideas antidemocráticas, esas ocurrencias fascistas, de limitar la libre locomoción la libre asociación, pero sobre todo, la libertad de expresión consagrada en el Artículo 35 de la Constitución Política de la república de Guatemala  que dice: “Es libre la emisión del pensamiento por cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa. Este derecho constitucional no podrá ser restringido por ley o disposición gubernamental alguna”. Es el lastre, el peso del pasado del que Guatemala no logra liberarse y que mentes oscuras de pasados truculentos se empecinan en impulsar e imponer. Es la gente de pensamiento retrógrado que medra al amparo de la impunidad incapaz de percibir que el proceso de empoderamiento de los pueblos del mundo, aunque tardío, ya llegó también a Guatemala. No acaban de entender que aún con poca claridad y a veces poca voluntad el pueblo de Guatemala está movilizado desde abril de 2015. Que es una variante también de la Revolución Democrática Burguesa de 1944, otorgadora de tantos beneficios al pueblo de Guatemala; que ha vuelto por una reedición.

Mentes torpes de marxismo rígido quieren ver que el movimiento pequeño burgués citadino no es pueblo, sin embargo, fue precisamente ese segmento de la sociedad, las capas medias y muy escasamente los sectores populares; los que impulsaron este proceso. Es la realidad nacional hasta el momento. Puede ser que a futuro sean las fuerzas genuinamente populares las que vanguardicen estas luchas, pero por el momento, sus condiciones subjetivas, organizaciones dirigenciales y la carencia de dirección intelectual; no le permite asumir el papel histórico que le corresponde. Las banderas ideológicas y políticas de la izquierda fueron arrebatadas en una buena medida por un ente internacional de Naciones Unidas y por una institución judicial respaldada por los intereses de las inversiones imperialista en del segundo patio trasero latinoamericano (Guatemala, Honduras y El Salvador).

Entonces, el motivo del tal decretito presidencial es el intento pío de socorrer a los pobres guatemaltecos afectados por el fenómeno de las lluvias, pero la causa es que con esa falacia ad misericordem, mentes con disfuncionalidad cognitiva, empezando con el señor Morales, recurren a la falta de ideas cuando acosados por su ineptitud se les critica por los diferentes medios de comunicación. ¿Cómo se tomó esa decisión descerebrada? Se necesita ser el abogado más estúpido para asesorar de esa manera. No fueron abogados, claro, fueron sus asesores “políticos” de la línea dura, extremista y de la guerra total los inductores,  los que están felices, exultantes de contentos, tener a su disposición a un tonto forrado de oro, lo cual no es extraño, pues ellos lo pusieron en el puesto mediante el engaño, el artificio verbal de ni corrupto ni ladrón  y que sorprendieron al pueblo de Guatemala urgido de cambios y todavía con una enorme ingenuidad, pensando de la mejor manera; porque a veces llego a creer que el partido con mayor prestigio de Guatemala sigue siendo el ejército y el pueblo guatemalteco, el pueblo más derechizado del mundo o el pueblo más pendejo del planeta.

Ese tonto forrado de oro y que hoy parodia a un Presidente Constitucional de Guatemala, es el sujeto perfecto, exacto; para sus intereses y mediocridad. Para las oligarquías nacionales y para los pocos disimulados negocios del imperialismo. Así están las cosas en este triste país, el ancestral de  Qatecmallán, o tierra de los árboles podridos.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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