domingo, 7 de febrero de 2016

Ánimo Ejercito – Gracias por todo, que les ¡vaya bien!

La futura historia de Guatemala ya está escrita. Nuestro glorioso ejército desaparecerá y las futuras generaciones lo estudiarán como una mancha sórdida del pasado.


ÁNIMO EJERCITO – GRACIAS POR TODO,
QUE LES ¡VAYA BIEN!


Por OJ. Russell

Sobre los años nos han convencido que nuestros militares están dotados de sabiduría excepcional, honradez incomparable, honor ejemplar y que solo ellos saben gobernar a Guatemala eficazmente, pero no es así.

Más bien . . . Se han dedicado a robarnos, intimidarnos, oprimirnos, violarnos y asesinarnos, desde la primera vez que permitimos que se cuadraran en algún potrero en el interior de la república.

Dicho de otra manera . . . Nuestros militares han sido una banda armada deshonrosa, mantenidos en cuarteles al servicio de los dueños de la finca, cuyo único propósito ha sido intimidar y obstruir todo avance social desde nuestra independencia y mantener subyugado a la población Guatemalteca.

En realidad, los orígenes del ejercito de Guatemala no fueron nada nada honrosos ya que originalmente eran bandas armadas de mozos en las fincas, cuyos dueños se auto-nombraron de capitanes, coroneles y generales y que sin la menor idea de como se establecía un ejercito profesional e independiente a la política.

Muchos de los capitanes, coroneles y generales criollos a cargo de estas bandas itinerantes de civiles armados, no eran los cuchillos más filudos en la cocina y resultaron ser tan brutos que al fin tuvieron que pedirle a los Chilenos que vinieran a enseñarles como pasar lista, desfilar, alzar banderas, tocar cornetas, saludar al estilo militar y explicarles como organizase en rangos.

El hecho que sobre los años el ejercito de Guatemala ha tenido entrenadores de Chile, Argentina, Israel, EE.UU, Colombia etc., y a saber quien más, es una prueba contundente que han sido totalmente inútiles e incapaces ellos mismos, de desarrollar una institución valiosa para el país.

Al examinar la historia del glorioso Ejercito de Guatemala, incluyendo la Marina y la Fuerza Aérea, rápidamente llegamos a la conclusión que nos han estado chingado sobre los años, mucho más de lo que nos han ayudado.

El rango de Almirante, normalmente es reservado para marinas armadas con escuadrones de buques de guerra capaces de infligir daño al enemigo. Nunca para lanchas rápidas de placer, pintadas de color gris que se pierden y atascan en los ríos y bahías poco profundas porque los pilotos nunca han aprendido a navegar y que se marean cuando cruzan las barras.
Mucho menos comandantes de aviación de la Fuerza Aérea que no tienen ni suficientes aviones para formar un escuadrón del mismo tipo, para por lo menos, divertir a los niños una ves al año con un sobre vuelo, cada 15 de Septiembre.

Nuestros militares son poco más que la eterna pantomima de una república bananera que se hunde bajo el peso de las medallas militares clavadas a los uniformes de hombres adultos que juegan a soldados, pilotos y marineros sin ningún beneficio para la nación.

Hasta la famosa guerra interna, no fue mucho más que una riña entre dos bandos de oficiales del ejercito, durante la cual pocos soldados murieron pero lograron matar a miles y miles de civiles inocentes. De sus propias filas salieron los mismos guerrilleros que tanto odian hoy día.

Pensándolo bien . . . ¿Qué exactamente hace el glorioso Ejercito de Guatemala para el bien del país, día a día? Y la respuesta es, absolutamente nada.

Nuestro glorioso Ejercito Nacional no ha aportado nada al desarrollo de Guatemala y se ha dedicado a vivir como un parásito del estado, organizando fraudes electorales, golpes de estado, secuestros, asesinatos notorios, arraso de tierras, operando campos de concentración, desapareciendo a civiles en fosas o tirando a otros desde aviones y helicópteros al mar.

Además, las fuerzas armadas de Guatemala han sido un refugio y repositorio para bobos, tontos y estúpidos, a donde se han ingresado a los jóvenes que no lograron ni calificar para becas de la USAC (Universidad de San Carlos).

Nuestra fuerzas armadas están repletas de subtenientes, tenientes, coroneles y generales que apenas lograron terminar sexto primaria, si eso. Sus currículos están acolchados con numerosos cursitos de esto y el otro que tienen poco mérito educativo, para hacerse pasar como más instruidos.

Pasar dos semanas en la Escuela de las Américas (o su nueva encarnación), aprendiendo como torturar y garrotear a civiles inocentes, no es reconocido en ningún lado como una educación válida, aunque los gringos le regalen al estudiante un certificado que pueda colgar con orgullo en la pared de su sala.

Numerosos estudios demuestran que personas que buscan carreras como policías, guardias privados, guardias de prisiones y militares, disfrutan del poder que estos puestos les otorgan y les permite practicar sus deseos psicópatas reprimidos.

Con un presupuesto de Q2.7 mil millones para este año (2016), resulta que este monto es un 50% de los Q5.5 mil millones que se le aportó al Ministerio de Salud y casi 25% del presupuesto de Q12.8 mil millones que se le aportó al Ministerio de Educación y estos dos últimos son los que más fondos necesitan.

Claramente, los militares se apropiaron de su taja del pastel primero, asegurándose de que sus propios intereses fueran prioridad ya que la mayoría de este dinero es para el uso de sueldos de oficiales y más importante, para el pago de pensiones a los militares retirados y jubilados.

Lo que nunca vemos, es a militares flacos por falta de comer, más bien todos son obesos o corpulentos y tampoco los vemos haciendo fila en los hospitales públicos ni los oímos quejándose de que tienen que comprar sus propios insumos médicos cuando se enferman.

Tampoco hemos visto u oído de militares ofreciendo el uso de sus hospitales e instalaciones médicas durante la crisis que abruma el sistema publico de salud. No señor, el glorioso Ejercito de Guatemala no está para eso.

Tampoco vemos a nuestro glorioso ejercito ofreciendo transportar por helicóptero a algún ciudadano seriamente herido a uno de sus hospitales de lujo, para así evitar heridas adicionales al paciente, causadas por los seis mil túmulos que la ambulancia necesita negociar en la carretera, rumbo al hospital sin insumos. No señor, el glorioso Ejercito de Guatemala no está para eso.

Durante la segunda guerra mundial, los militares deportaron a los Alemanes bajo el pretexto de ser anti-nazis, pero en realidad, la mayoría del mismo liderazgo militar eran Nazis fascistas y se apropiaron de todas sus propiedades, fincas y negocios, al igual que hicieron sus héroes en Alemania e Italia. En otras palabras se robaron a propósito, todo lo que envidiaban.

En 1954, los militares se vendieron por unos dólares y todos se rindieron ante 350 traidores y mercenarios, bajo la promesa de riquezas. El comportamiento del Glorioso Ejercito de Guatemala desde entonces, ha sido una vergüenza nacional que hoy día tratan de ocultar bajo las mantras de Patria, Honor y Sacrificio.

Los únicos que nos recuerdan a menudo que el ejercito de Guatemala es amado, querido y respetado por la mayoría de la población es el mismo ejercito, pero en realidad esto no es nada más que una amenaza sutil que nos dice; “Hagan caso o vamos a salir de los cuarteles a cometer atrocidades contra la población, como lo hemos hecho numerosa veces antes”.

Los que idolatran nuestro glorioso ejército, carecen de argumentos. Al preguntarles porque esta institución se ha metido en tantos líos inimaginables, tratan de dignificar lo que nunca ha tenido dignidad, ya que sus miembros a menudo resultan ser parte de la delincuencia común, operadores de bandas criminales y dirigentes de bandas de cuello blanco en Guatemala, el país que prometieron defender.

Muy parecidos a la mafia, practican Omerta y nunca se denuncian entre ellos. Nunca saben o dicen nada. Todo lo arreglan a puertas cerradas. Con nuestros impuestos se mantienen atrincherados, mientras nos roban, nos secuestran, nos intimidan y destruyen nuestra intelectualidad.

Al acusarlos de ser delincuentes, hoy día se rasgan las vestiduras, profundamente ofendidos, aunque hasta hace poco, nos sacaban a patadas de nuestras casas y nos desaparecían de la faz de la tierra para siempre.

Las fuerzas armadas de Guatemala nos han causado suficientes vergüenzas históricas sin que en el 2015 se haya pretendido ascender a General la imagen del Señor de la Merced, sin olvidar la idiotez de Rafael Cabrera quien otorgó a la imagen del Señor de la Merced el rango militar de Coronel y a Carlos Castillo Armas que nombró a la imagen del Señor de Esquipulas como Capitán y Comandante de su propia banda de traidores y mercenarios, el ejército de liberación.

La más reciente manifestación de imbecilidad por nuestro glorioso ejercito es la Fundación contra el Terrorismo que se dedica a intimidar y desprestigiar a todo aquel que los persigue por crímenes cometidos, que hasta ahora han permanecido impunes.

Desactivar y eliminar al glorioso ejercito de Guatemala no será fácil y los que más se opondrán a este proceso serán los parientes de los militares que mantienen sus niveles de vida y estatus, en base a las pensiones que reciben de sus padres, hijos, abuelos, hermanos y primos que sirven o sirvieron, cortesía de nuestros impuestos.

Retiremos a todos los militares, con un pago único y dejemos de pagarles sus jugosos pensiones y jubilaciones. Hay decenas de países que nos regalarían el dinero para este propósito.

De hecho, ya es hora que el glorioso ejercito de Guatemala publique el listado completo de todos los sueldos y pensiones de todos los militares activos, retirados y muertos, que maman año tras año de nuestros impuestos. A esto lo llamaremos la Linea Militar.

Incluido en este listado debería estar el detallado patrimonio de cada uno de estos parásitos, como obtuvieron sus mansiones, sus casas en los puertos y sus enormes fincas y haciendas con los sueldos que derivaron de su servicio militar.

Al militar que divulgue estos datos le deberíamos otorgar el Orden del Quetzal y sería el único en la toda la historia de nuestra gloriosa historia militar, que merecería tal honor.

Eliminemos de manera civilizada a los militares de nuestra historia, muy diferente a la manera en que ellos le han eliminado la vida a tantos de nuestros con-ciudadanos sobre los años.

 Ánimo Ejercito – Gracias por todo, que les vaya bien






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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