domingo, 17 de mayo de 2015

De las brasas a las llamas: antes Baldetti, ahora Baldizón

Baldizón es un político torpe y corrupto, que resultaría más de lo mismo en esa fauna que se llama clase política, sino fuera porque en las encuestas se halla como puntero. Por ello, es también un político peligroso, muy peligroso, porque si con Baldetti y los pepes estuvimos –durante estos cuatro años– en las brasas de la corrupción, Baldizón nos llevará directo a las más candentes llamas. Está en nosotros, ciudadanos, no permitir que esto pueda ocurrir. Baldizón: no te toca.


DE LAS BRASAS A LAS LLAMAS:
ANTES BALDETTI, AHORA BALDIZÓN


Por Manolo E. Vela Castañeda

Los que se hacen llamar patriotas ahora yacen en el suelo. Pero ¿patriotas? Grandes ladrones que resultaron ser. De patriotas no tenían ni un pelo; porque no es digno de llamarse patriota aquel que roba tanto y tanto, en un país empobrecido, como Guatemala. La patria de estos supuestos patriotas resultó hallarse en los fajos de billetes que a lo largo de este tiempo acumularon y repartían entre sus cómplices.

¿Para hacer esto fue que –con tanto ahínco– se empeñaron en ganar las elecciones? Hace cuatro años los pepes, que no patriotas, fueron maestros en engañar a la gente, que entonces les tomó la palabra y creyó en ellos. Los segundos que a un ciudadano le tomó votar por ellos se transformaron en cuatro largos y pesados años que todos hemos tenido que soportar. Señores: Ustedes no son patriotas, sino unos grandes traidores de la gente que –con su voto– confió en su palabra.

El proyecto político de los pepes, que no patriotas, yace en el suelo. Siguen gobernando, nada más porque los poderes fácticos así lo quieren; pero les han puesto de rodillas. Desde sus despachos cuentan los días para que lleguen las elecciones, y se acabe este infierno en el que la gente que, se atrevió a salir a las calles, convirtió sus risas. La fiesta de la corrupción se les acabó porque la gente se tomó las calles y se animó a decir lo que todos, desde hace mucho, sabían. Ahora no les queda más que mendigar impunidad a sus aliados: los diputados del partido Lider (Libertad Democrática Renovada), del candidato presidencial Manuel Baldizón.

Pero, ya sin los pepes ¿qué queda? Queda Manuel Baldizón, su partido, Lider y el 30 por ciento de intención de voto, que –de acuerdo con la encuesta hecha en el mes de abril, y publicada por ‘Prensa Libre’–, ostentaba. Ese 30 por ciento le coloca en una condición en la que casi tiene asegurado el pase a la segunda vuelta –la decisiva– de la elección para Presidente.

Baldizón es un político torpe y corrupto. Robó de otros autores párrafos enteros, para hacer un libro que imprimió con su nombre y autoría: ‘Rompiendo paradigmas’. Robó también su tesis de “doctorado” en la Universidad de San Carlos, cuyas autoridades, en lugar de sancionarlo de forma ejemplar, optaron por protegerlo. Este tipo de robo se conoce como plagio; esto es, lo que los patojos haraganes hacen en la escuela y en la Universidad: copiar y pegar (en Inglés: copy / paste). ¿Qué credibilidad puede tener alguien que –en algo como esto– ya incurre en conductas ilegales? Peor aún, porque frente estas acusaciones, lo que el señor Baldizón hizo fue emprender una campaña de desprestigio contra los periodistas y los medios que investigaron y denunciaron, como noticia, estas ilegalidades. Si esas son las vísperas, ¿cómo serán las fiestas?

Pero no solo es esto de los plagios antes dichos y otros, de los estatutos del partido y los diseños que ha empleado en sus campañas publicitarias como candidato. Es también: la millonaria campaña anticipada; la compra de diputados, por medio millón de quetzales (la evidencia se halla en WikiLeaks); la forma anómala como se apropió de terrenos de la nación para construir un centro comercial en su natal Petén; la manera como –cuando fue presidente de la comisión de Finanzas del Congreso– distribuía el presupuesto, a favor de contratistas privados; esto, y un largo etcétera.


Baldizón es un político torpe y corrupto, que resultaría más de lo mismo en esa fauna que se llama clase política, sino fuera porque en las encuestas se halla como puntero. Por ello, es también un político peligroso, muy peligroso, porque si con Baldetti y los pepes estuvimos –durante estos cuatro años– en las brasas de la corrupción, Baldizón nos llevará directo a las más candentes llamas. Está en nosotros, ciudadanos, no permitir que esto pueda ocurrir. Baldizón: no te toca.






Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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