lunes, 16 de febrero de 2015

¿Quién le teme a Xi Jinping? y ¿Por qué?

¿Por qué sienten gran temor que el líder de la República Popular de China pueda revivir sentimientos anticapitalistas y antiimperialistas que una vez definieron la política china?

Las implicaciones de esta realidad, si es en realidad cierto, son enormes. China es el centro de la producción industrial mundial. Tiene una economía en rápido crecimiento y globalmente conectada, con relaciones por todo el mundo que están más allá del cálculo. Si China está de hecho teniendo un renacimiento de la ideología marxista-leninista y del pensamiento de Mao Zedong, esto no es cosa de risa para todos los que toman los acontecimientos mundiales en serio.


¿QUIÉN LE TEME A XI JINPING? Y ¿POR QUÉ?


Por Caleb Maupin

Lo que el Wall Street Journal ha estado insinuando durante meses, en su cobertura de la campaña anticorrupción del Partido Comunista de China, quedó en claro en un artículo del New York Times el 4 de enero, titulado "Maoists in China, Given New Life, Attack Dissent".

La tendenciosa cobertura de los acontecimientos en la prensa de Estados Unidos habla de un nuevo tono ascendente dentro del Partido Comunista Chino. Apologistas y expertos pro-estadounidenses temen que los días en que Deng Xiaoping se puso un sombrero de vaquero, abrazó a Jimmy Carter, y estuvo en CNN pontificando sobre cuán "glorioso es ser rico" son cosa del pasado.

Temen que las ideas sobre cómo miles lucharon y murieron para establecer la República Popular de China no van a ser reservadas para los discursos rutinarios de los días festivos y los desfiles patrióticos de niños.

Los informes parecen complementar lo que Fidel Castro, un indiscutible "línea dura", escribió en su"Reflexión" de agosto 04: "Xi Jinping es uno de los líderes revolucionarios más fuertes y más capaces que he conocido en mi vida".

¿Por qué las principales voces públicas del capitalismo estadounidense se encuentran en semejante estado de conmoción? ¿Por qué sienten gran temor que el líder de la República Popular de China pueda revivir sentimientos anticapitalistas y antiimperialistas que una vez definieron la política china?

Las implicaciones de esta realidad, si es en realidad cierto, son enormes. China es el centro de la producción industrial mundial. Tiene una economía en rápido crecimiento y globalmente conectada, con relaciones por todo el mundo que están más allá del cálculo. Si China está de hecho teniendo un renacimiento de la ideología marxista-leninista y del pensamiento de Mao Zedong, esto no es cosa de risa para todos los que toman los acontecimientos mundiales en serio. Si China una vez más se está encaminando por la senda de la revolución, los centros de las finanzas, el Pentágono y el mismo papel global de los Estados Unidos están todos ahora frente a una amenaza más grande que nunca.

Al igual que en 1949 resonó en los pasillos del poder el eco de "¿Quién perdió China?", las recientes declaraciones de la prensa capitalista indican que están, sin duda, ahora repitiendo "¿Quién perdió China, otra vez?" Y “¿Por qué no lo vimos venir?”

La evolución de la República Popular

Una reciente exposición en el Museo del Club Grolier de la Ciudad de Nueva York destaca el famoso "Pequeño Libro Rojo" de "Citas del Presidente Mao". Parece que el mundo aún no puede ignorar al hombre, a menudo olvidado, que compiló las citas y escribió su introducción original.

Durante los primeros diez años después del desacuerdo entre China y la Unión Soviética, la figura más importante en establecer la política del gobierno después del mismo Mao era un general llamado Lin Biao. Lin Biao fue una figura importante del Ejército Popular de Liberación que había sobrevivido la famosa "Gran Marcha", junto a Mao Zedong, Zhou En-Lai y Deng Xiaoping.

Cuando la Unión Soviética y China tuvieron su "división sino-soviética" en 1961, la República Popular de China, apenas en los primeros 12 años de su existencia, se encontró aislada de su principal aliado y patrocinador. Al abandonar China los arquitectos e ingenieros soviéticos se llevaron los planos y planes con ellos. Dejaron edificios a medio construir, plantas de energía sin funcionar, y presas sin construir. China ya no podía depender de este vital e importante aliado y sufrió económicamente.

¿Qué fue lo que provocó el desacuerdo entre los dos países? Khruschev había hecho un llamado a la "coexistencia pacífica" con Estados Unidos, que acababa de masacrar millones en Corea y estaba escalando su brutalidad en Vietnam.

La Unión Soviética proclamó que el peligro de una guerra atómica hacia cualquier conversación sobre el antiimperialismo y nuevas revoluciones socialistas muy riesgoso. La Unión Soviética decía que la prioridad era las negociaciones entre los países socialistas y capitalistas del mundo, con la esperanza de lograr algún tipo de desarme nuclear. China, ripostó a los líderes soviéticos post-Stalin con argumentos que al final se pueden resumir en una breve declaración de Mao Zedong. Los líderes chinos, que habían pasado 25 años luchando en las montañas antes de llegar finalmente al poder, proclamaron: "Todavía existe el peligro de una nueva guerra mundial, y la gente de todos los países deben estar preparados, sin embargo, la revolución es la tendencia principal en el mundo hoy en día”.
La respuesta de Lin Biao al declinamiento de las relaciones sino-soviéticas fue empujar para que China se convirtiera en un faro de la revolución mundial y del igualitarismo a nivel internacional y nacional. Lin Biao impulsó una campaña nacional para purificar la sociedad china de la corrupción y de la ideología anticomunista. En la "Gran Revolución Cultural Proletaria", los estudiantes universitarios formaron clubes de "Guardias Rojos" y se rebelaron contra sus profesores, los líderes del partido y todas las autoridades de la sociedad china que fueron percibidas como "seguidores del camino capitalista".

Los Trabajadores industriales en Shanghai se rebelaron y crearon un Estado comunal, eligiendo directamente a los directores de las fábricas y sometiendo a todos los funcionarios del gobierno a una revocación inmediata. Se hicieron grandes esfuerzos para reformar el teatro, el ballet y la literatura para que se promoviera un mensaje explícitamente comunista y anti-imperialista.

El informe de Lin Biao al Noveno Congreso del Partido Comunista de China fue titulado "¡Viva el triunfo de la guerra popular!" El informe aplicaba las estrategias militares de Mao de la guerra antijaponesa en una escala global. Sostenía que los países anteriormente colonizados y oprimidos del mundo deben, uno por uno, sublevarse, y rodear los centros económicos occidentales. El informe es similar en su mensaje al famoso discurso de "dos, tres, muchos Vietnam" del Che Guevara. Hablaba de la Unión Soviética como "traidores de la guerra popular", porque los líderes del país buscaron "coexistir" con el viejo orden mundial que dejó a muchos en la pobreza y la miseria.

Un cambio de rumbo

Aunque Lin Biao fue consignado en la Constitución china como sucesor oficial de Mao, y era querido por los militares después de haber abolido el rango y las insignias, pronto se le hizo a un lado. En eventos que siguen siendo un misterio, Lin Biao fue acusado de intentar un golpe de Estado y de huir a la Unión Soviética. Lo que ocurrió exactamente y cómo Lin Biao llegó a ser removido de liderazgo chino sigue siendo desconocido.

Después de la "caída de Lin Biao", la política exterior china comenzó rápidamente a cambiar. Richard Nixon fue recibido como un héroe cuando visitó China en 1972. Multitudes de chinos ovacionaron a Nixon mientras las bombas caían sobre Vietnam y Cuba sufría un horrendo bloqueo económico.

Mientras China cambiaba, Mao presidió una campaña llamada "Criticar a Lin Biao, Criticar a Confucio", y el gobierno chino se alineó con los Estados Unidos en todo el mundo. Deng Xiaoping, previamente declarado un "seguidor del camino capitalista", fue recibido de nuevo en los centros de poder dentro del Partido Comunista Chino.

Los líderes chinos ya no se referían a la Unión Soviética como "traidores de la guerra popular" que eran "demasiado suaves" con los imperialistas, sino más bien como "Socialistas Imperialistas". No sólo eran los soviéticos imperialistas, según Mao, sino que eran "el principal peligro". En el nombre de la oposición a la Unión Soviética, China abrazó al Sha de Irán, a Pinochet en Chile, y a los insurgentes en Angola respaldados por los EE.UU.

Tras la muerte de Mao Zedong en 1976, Deng Xiaoping asumió el poder y lanzó reformas masivas de mercado. Al grupo de aliados de Mao etiquetado la "Banda de los Cuatro" se les sometió a un juicio público y fueron  enviados a prisión. China también invadió Vietnam en nombre de la lucha contra "imperialismo Socialista Soviético", y miles de vietnamitas y chinos murieron en los combates.

Jimmy Carter y Deng Xiaoping se abrazaron mientras Deng presentaba justificaciones ideológicas para permitir distintos grados de capitalismo de libre mercado. Deng afirmó: "La pobreza es anticomunista" y "enriquecerse es glorioso".

"Enriquecerse es glorioso"

La declaración por la que Deng Xiaoping se hizo tan bien conocido -"enriquecerse es glorioso"- fue un indicador de uno de los principales problemas que enfrentaba el Partido Comunista de China después de la revolución de 1949. China fue, y sigue siendo en gran medida, un país empobrecido.

Antes de la revolución de 1949, China había estado plagada de analfabetismo, hambre, desnutrición extrema, falta de vivienda básica y ropa para gran parte de su población. El Partido Comunista de China trabajó para abordar estos problemas con medidas como la redistribución de la tierra y la creación de un sistema de salud, con "médicos descalzos" que viajaban por todo el campo. Durante los primeros años de la revolución se puso en marcha campañas muy exitosas contra el analfabetismo, las enfermedades venéreas, la prostitución y la drogadicción. Se crearon centros estatales de producción industrial y se hicieron esfuerzos para promover la abnegacion por parte de los enormes equipos de trabajo que fueron movilizados para la construcción de infraestructura en todo el país.   

Sin embargo, todo esto apenas era suficiente. El Partido Comunista de China se volvió cada vez más consciente de un hecho ineludible: La creación de una sociedad socialista igualitaria, el objetivo proclamado del Partido Comunista de China, simplemente no se podría lograr sobre la base de la escasez extrema. Sin contar con la ayuda soviética o la inversión extranjera, China quedaba limitada a la mera redistribución y reordenación de una cantidad muy pequeña de la riqueza y de la industria.

El intento de desarrollar a China sobre la base de la igualdad y el anti-imperialismo, que era la política vigente desde 1961 hasta 1970, simplemente no fue lo suficientemente exitosa. Consiguió muchos grandes logros, pero todavía no se habían traducido en el nivel de desarrollo que millones de chinos deseaban. En opinión de los líderes y analistas de China, las tácticas utilizadas para sacar a China de la pobreza tenían que ser alteradas con el fin de lograr el éxito.

El solitario aliado internacional de China durante la Revolución Cultural condenó las maniobras de China a finales de 1970. Enver Hoxha, quien presidía la pequeña y aislada República Popular de Albania, expresó vehemente que los líderes de China habían ocultado por mucho tiempo sus "grandes aspiraciones de poder". En un texto titulado "El imperialismo y la revolución", de amplia difusión internacional, Hoxha se refirió a los muchos compromisos que Mao y los líderes chinos habían hecho desde 1949.

Además de Albania, gran parte del movimiento mundial de los simpatizantes de la China "maoísta" se volvieron contra la República Popular a finales de 1970.

El fantasma de Lin Biao

Después de la ideología marxista-leninista y el pensamiento de Mao Zedong, la "Teoría de Deng Xiaoping" sumadas las creencias oficiales del Partido Comunista de China, se convirtió en la justificación tanto de las  políticas de libre mercado a nivel nacional como de la cooperación con los Estados Unidos en todo el mundo. Hablar sobre cualquiera de estas cosas habría sido considerado como una herejía en 1966, pero a mediados de la década de los años 1980, fueron aceptados y al parecer sin controversia en el gobierno y la sociedad china.

La economía de China ha crecido desde hace varias décadas. La producción ha aumentado. China tiene más obreros industriales que cualquier otro país del mundo. La producción que tiene lugar en China es mayor que en cualquier otro país del mundo.
Sin embargo, esta producción no se lleva a cabo en las fábricas estatales administradas por el gobierno o el Partido Comunista, sino en instalaciones privadas de propiedad de los capitalistas nacionales o extranjeros.

El Partido Comunista ha permitido que el capitalismo prospere, pero lo ha mantenido muy estrictamente controlado. La mayoría de los trabajadores son miembros de un sindicato alineado con el Partido Comunista. Fuertes impuestos se imponen a los inversionistas extranjeros, y graves consecuencias se imponen a los propietarios de negocios que provoquen la ira del partido.

A diferencia de otros países que han hecho del "desarrollo" una prioridad, el nivel de vida de la gente promedio en China ha aumentado rápidamente. Si bien la globalización en la India, América Latina, y en otros lugares ha significado el desplazamiento de campesinos, la creación de talleres del sudor, y el forzamiento de la población a vivir en la pobreza y desesperación, en China ha tenido resultados mucho más variados.

Muchos en el Partido Comunista de China probablemente estarían contentos con que este estado de cosas -del capitalismo y corrupción rampante junto a la indiscutible hegemonía del Partido Comunista- continúe indefinidamente. Sin embargo, los muy poderosos en los Estados Unidos tienen otras ideas.

La Asociación Trans-Pacífico, un acuerdo comercial firmado por los EE.UU y sus aliados en Asia, es particularmente hostil a China y sus intereses económicos. El "Pívot Asiático" y la escalada de la presencia militar de los EE.UU en Corea del Sur, Filipinas, y otros países asiáticos es igualmente preocupante para los dirigentes chinos.

No es un secreto para nadie que las manifestaciones de "Occupy Central" en Hong Kong fueron patrocinadas y promovidas por los Estados Unidos. Aunque pueden contar con el apoyo subrepticio de agentes contratados por las ONG occidentales, esa manifestaciones fueron absolutamente promovidas y manipuladas con el fin de perjudicar al Partido Comunista Chino.

En tanto China cada vez más se convierte en víctima de la intimidación, la subversión y las amenazas de los EE.UU, el fantasma de Lin Biao está apareciendo de nuevo.

Muchos analistas, que han asumido durante mucho tiempo que el Partido Comunista de China es "comunista sólo de nombre" estan de repente sorprendidos por la campaña anti-corrupción de Xi Jinping. Si la campaña fuera una mera lucha de poder interna, no crearía la reacción de terror y rabia que uno encuentra en las páginas del New York Times y el Wall Street Journal.

La sociedad china, como todas las sociedades, no es permanente en su configuración. El mundo está en constante adaptación y cambiando, y los países, las clases y los gobiernos cambian junto con él. Nada es permanente en el universo.

La sociedad china -dirigida por un Partido Comunista con un enorme control del gobierno sobre la economía- tiene un papel absolutamente central en la economía mundial. Con base en las proyecciones de los observadores, tanto del campo anti-China y pro-China, el país pronto podría estar enfrentando muchos cambios dramáticos.

Con el nuevo papel central de China en los asuntos humanos, estos cambios tendrán repercusiones mucho mayores que en cualquier época anterior.


Caleb Maupin es un analista y activista con residencia en Nueva York. Él estudió ciencias políticas en Baldwin-Wallace College y fue inspirado y formó parte del movimiento Occupy Wall Street, especialmente para la revista electrónica “New Eastern Outlook”.






Publicado por La Cuna del Sol
USA. 

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