lunes, 17 de diciembre de 2012

URGE SOÑAR



Soñar es crear. Soñar es una actividad fecunda, altamente productiva. Es poner el cimiento de los días futuros. Es considerar a los semejantes como seres capaces de realizar las mayores aventuras de la imaginación.

Sueñe, por favor, un poco cada día: soñar es estar vivo.



URGE SOÑAR



Por Manuel José Arce

Sueñe un poco, por favor. No tenga miedo de soñar: eso no es malo. Suelte de cuando en cuando sus amarras terrestres y déjese llevar.

La civilización se está enfrentando en los momentos actuales a un terrible peligro que puede destruir a la especie humana: nos hemos vueltos excesivamente racionales. Racionales hasta la irracionalidad.

Alguien nos dijo un día: hay que tener los pies sobre la tierra. Y nosotros hemos clavado no sólo nuestros pies al suelo. Nuestros sueños también; y nuestros labios y nuestros ojos y nuestro ser.

Nos hemos acostumbrado a caminar con la cabeza gacha, viendo únicamente el suelo, la realidad inmediata que palpamos con los pies. El centavo que tenemos que hallar. La zancadilla que debemos evitar. El paso ajeno al que debemos adelantarnos. El suelo, en fin, el suelo nos tiene hipnotizados.

Y un día de tantos, amanecemos cuadrúpedos.

Resulta que, para sostener tal actitud, nos parecerá más cómodo ayudarnos con las manos. Tendremos así mayor contacto con el suelo. Y nuestro cerebro volverá a encogerse. Y acaso ya no nos bastan solo los pies y las manos y apoyaremos además la barriga. (Es, precisamente, la barriga la que nos hace más indispensable mantener el contacto con la “realidad”, los pies en la tierra). Y entonces, volveremos a ser reptiles. Nuestro cerebro seguirá reduciéndose y perderemos además nuestras extremidades.

Sueñe un poco, por favor. Soñemos. Salvemos a la especie de ese retorno fatal, de ese retroceso lastimoso. Recuerde que el hombre conquistó su estatura y su albedrío cuando se irguió para ver las estrellas. Recuerde que el sueño le hizo crecer el cerebro. Recuerde que la imaginación le dio las alas que le negó la naturaleza.

No crea esa propaganda interesada y mendaz que afirma que el soñador está condenado a la miseria,  que el soñador no es “práctico”, que el soñador es un inútil. El soñador es el único que ha hecho avanzar a la especie. El soñador es el que modifica la realidad. El soñador es el pionero. En la punta de la humanidad  -como un fabuloso motor-  están los soñadores.

Soñar es crear. Soñar es una actividad fecunda, altamente productiva. Es poner el cimiento de los días futuros. Es considerar a los semejantes como seres capaces de realizar las mayores aventuras de la imaginación.

Sueñe, por favor, un poco cada día: soñar es estar vivo.








Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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