domingo, 23 de diciembre de 2012

SANTA CLAUS,…




(…) Dado que Estados Unidos ya venía marcando el ritmo de la nueva sociedad industrial que se abría paso con fuerza avasalladora, también esta creación cultural la impone por el resto del mundo como un bien de consumo más. El nuevo personaje, que hasta ese entonces era un gnomo vestido de verde, pasa a tener una forma más humana, la misma que hoy día se le conoce comercialmente. Es ya entrado el siglo XX, en 1931, cuando la empresa Coca-Cola da el toque definitivo. (…) Es con las estrategias de mercadeo de la Coca-Cola que la nueva leyenda, diseñada para el caso por el pintor de origen sueco y radicado en Chicago, Habdon Sundblom, toma sus actuales colores rojo y blanco –los mismos del conocido refresco–. Gracias a la campaña publicitaria montada sobre el obsequioso Santa Klaus ataviado de rojo y blanco, el gigante de las bebidas gaseosas levantó su perfil en un momento en que arreciaban las críticas por su presunta toxicidad (80 años después las cosas no han cambiado mucho al respecto), entronizando la figura de este nuevo “duende” moderno, ícono del consumo navideño. Tan grande es su popularidad que no es exagerado decir que para muchas generaciones Navidad pasó a ser sinónimo de este señor obeso vestido con los colores de la Coca-Cola invitando a comprar y comprar, perdiéndose el origen religioso de la fecha. Marcelo Colussi




SANTA CLAUS, LA NAVIDAD
Y COCA COLA



Por Luciano Castro Barillas

Se corrió el rumor de que Santa Claus, ese anciano de barba blanca, tripón, con un abrigo blanco y rojo y con un fardo de juguetes al hombre lo habían asesinado hacía algunos minutos en la zona 18 de ciudad de Guatemala, un sector con los más altos índices criminalidad provocada por pandilleros o narcotraficantes. Los niños, con gran estupor, recibieron la trágica noticia, pero los padres viendo la consternación que en ellos provocaba el desaguisado, los calmaron inmediatamente diciéndoles que eso era uno de los tantos rumores que habitualmente circulan en nuestro país. Sin embargo, independiente de lo que podría haber afectado a los niños, la verdad es que ese viejo glotón, mercachifle y sedicente, hijo del marketing de la empresa de refrescos Coca Cola fundada el 5 de mayo de 1886 por John Pemberton en Atlanta, Georgia; es uno de los íconos comerciales más difundidos en todos los países del planeta, al punto que ese refresco carbonatado es consumido en 205 países (más de los miembros que integran la ONU) a razón de ¡45, 000 botellas por segundo!

Es tal el poder de esta empresa refresquera norteamericana que la palabra Okey y Coca Cola  son los dos vocablos más fácilmente identificables y reconocidos en todas partes del mundo. Además la Coca Cola, no compite después de más de medio siglo transcurrido de desempeño empresarial exitoso con ningún refresco  -o las falsas colas como ellos llaman, entre otras, a la Pepsi Cola- sino contra el café. Asunto que no es ninguna arrogancia sino uno ve, anonadado, el interminable desfile de personas  -auténticos zombis- que visitan el Museo Coca Cola en Atlanta, con 3,000 visitantes diarios, siendo por cierto el museo más visitado del mundo y donde los fundadores y propietarios fueron elevados a la categoría de “héroes americanos”.

Pero pareciéndoles siempre poco el capital acumulado por más de un siglo a estos voraces capitalistas, ahora quieren retomar una iniciativa empresarial abandonada hace más de 80 años, como lo fue vender chicles, golosinas y cigarrillos con el logo de Coca Cola. Se está pensando seriamente para el siglo XXI inundar el mundo con estos productos y su logo. La pregunta es ¿por qué quieren más? ¿Acaso no está metido en el imaginario colectivo de todos los países del mundo el viejo barrigón de traje nórdico rojo y blanco que se hace pasar por Santo? En los Nacimientos guatemaltecos este santo cocacoliano ocupa ya un lugar preferente. Las personas en las aldeas de Guatemala le prenden velas, depositan ex votos en los oratorios y le piden en sus oraciones que haya en nuestra tierra una ¡Feliz Navidad! Porque el Santa Claus de Coca Cola tiene la misma devoción que el Niño Dios.

Feliz Navidad a los lectores de La Cuna del Sol, claro, sin este viejo barrigón, que lamentablemente no fuera muerto en la zona 18.









Publicado por LaQnadlSol
Ct., USA.

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