jueves, 20 de diciembre de 2012

EL NUEVO OXLAJ BAKTÚN,…



La profecía Maya del 2012 ha sido mal interpretada y distorsionada sin reparos. El fin del Calendario Maya el 21 de diciembre del 2012 no tiene nada que ver con el fin del mundo. De hecho el calendario maya no termina en esa fecha, el 21 de diciembre marca el inicio de una nueva Cuenta Larga en el sistema del calendario maya. El concepto del Fin del Mundo es una falsedad y una mala interpretación del pensamiento maya. Lo que está en juego es una renovación, el desarrollo de una nueva era. Mientras tanto las historias  y comentarios del fin del mundo están pegados en todos los tabloides. Aun y cuando la prensa occidental ha refutado de inmediato la profecía maya, la narrativa del apocalipsis, cuando se repite hasta el cansancio, distorsiona y sirve como distracción. Una encuetas conducida por Reuters-Ipos en mayo pasado confirma que el 10% de la población mundial creen que el calendario maya que, algunos dicen termina en el 2012, marca “el fin del mundo”. Irónicamente y, en un marcado contraste a la profecía maya de “renovación”, el mundo real en el que vivimos al comienzo del siglo XXI está marcado por una formidable crisis económica y social que está empobreciendo a millones de personas, literalmente destruyendo sus vidas. En sentido figurado, estamos en el medio de un escenario apocalíptico, que se desdobla poco a poco, de una compleja naturaleza política, social y económica: es causado por el hombre, es “Made in America”. Michel Chossudovsky, Global Researh



EL NUEVO OXLAJ BAKTÚN,
O NUEVA ERA DEL MAÍZ,
ENCUENTRA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS
DIVIDIDOS, COMO SIEMPRE



Por María de los Angeles Roca

A pocas horas que se inicie la nueva Era del Maíz, la nueva Cuenta Larga u Oxlaj Baktún que empieza este 21 de diciembre de 2012, la grandeza matemática y astronómica de los extintos mayas, cuya herencia científica se encuentra concretizada en el  sistema binario que utiliza actualmente la informática; se ve banalizada por la superstición y por las malas interpretaciones propias del pensamiento religioso judeo-cristiano que tiene una concepción lineal del tiempo, es decir, un principio y un fin, contrario al concepto cíclico o circular, de eterno retorno, propuesto por este pueblo mesoamericano hace miles de años. La era que concluye este 20 de diciembre de 2012 se empezó a contar el 11 de agosto de 3, 114 antes de Cristo y no tiene nada que ver con las ideas sobre los castigos aniquiladores, del Fin del Mundo, al que son tan inclinadas tantas religiones del mundo, incluidos los chinos, quienes como en los Estados Unidos tienen preparados refugios, búnkers, para ponerse a salvo del gran cataclismo. Putin y el Vaticano han declarado que eso nunca ocurrirá y lo mismo han dicho los arqueólogos que han aclarado el equívoco sobre la lectura en las ruinas de Tortuguero. De igual manera se han expresado los guías espirituales más lúcidos de los pueblos donde se desarrolló la cultura maya y sus áreas de influencia, con una oportuna o quizá inoportuna puntualización para quienes se consideran sus herederos: lo pueblos toltecas (los quichés, por ejemplo) que emigraron de la región mexicana de Tula cuando ya los mayas hacía cientos de años habían desaparecido. El mestizaje cultural, social y el tiempo hicieron todo lo demás y hoy esa Nueva Era que podría lucir prometedora para un cambio de pensamiento y actitudes encuentra a los pueblos indígenas divididos, confrontados por las pasiones o manipulaciones políticas, a tal punto, que muchas organizaciones indígenas entraron en francas y a veces descomedidas contradicciones sobre la manera de conducir las conmemoraciones del nuevo Baktún. Se cuestionó desde un principio las iniciativas del Ministerio de Cultura de Guatemala dirigidas por un indígena, el señor Batzín, que fue acusado de folklorizar el evento, lo cual dio como resultado la escasa promoción del magno acontecimiento, ante los indudables yerros de un ministerio de cultura que es todo, menos cultural. Las iniciativas comerciales impulsadas por el empresariado guatemalteco encontraron igual rechazo y con sobrada razón de algunos dirigentes indígenas que vieron en el propósito exclusivo de hacer dinero una absoluta vulgarización. Y por último el pleito se fue circunscribiendo a los guías espirituales, chamanes o brujos, quienes más preocupados en el fondo por el manejo del dinero pretextaron asuntos “rituales” y de falta de respeto a los sitios sagrados. En fin, división en todo, dando como resultado hoteles vacíos que no permitió ingresos adicionales a los artesanos por la notoria ausencia de turistas extranjeros y deslució a tal punto la celebración que, siendo Guatemala la cuna de la cultura maya, fue el país con menos organización y la consiguiente menos difusión de la conmemoración  de los cuatro países que integran el Mundo Maya (México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador; como resultado de las consabidas divisiones de los guatemaltecos, donde una organización indígena dice que dos más dos son cinco, otra que dos más dos son tres y la peor que dos más dos es cero. ¿Habrá futuro para un país así? Creemos que no, lamentablemente. Ojalá la Nueva Era del Maíz, el nuevo Baktún nos provea de más sentido de unidad y podamos, por fin, erradicar de nuestras acciones el personalismo, el sectarismo y el individualismo. ¿No es así Rigoberta Menchú?








Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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