jueves, 29 de noviembre de 2012

LA PEQUEÑA ESCUELA…



La excavación de Cobán revela la horrenda realidad del conflicto armado interno del país, en el que las personas calificadas de subversivas –activistas políticos y estudiantiles, dirigentes indígenas, miembros de comunidades, y otros– fueron secuestrados y torturados en masa. También asesinaron a niños antes de arrojarlos a las tumbas clandestinas de la base. Todo esto ocurrió en un área controlada por los militares.




LA PEQUEÑA ESCUELA DE
LAS AMÉRICAS DE GUATEMALA

Por Dawn Paley


COBÁN, Guatemala.- Desde febrero, unos antropólogos forenses han hallado más de 400 esqueletos en una base militar en Cobán, Guatemala, en lo que se ha convertido rápidamente en uno de los mayores descubrimientos de una fosa común clandestina en el país. Durante el prolongado conflicto armado de 36 años que condujo a actos de genocidio, la base en Cobán fue un centro de coordinación e inteligencia militar.

Pero lo que distingue esta excavación es que tiene lugar en una base militar que se mantiene activa: militares y policías extranjeros de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y la República Dominicana llegan regularmente a la base para recibir entrenamiento [1]. En 2006, la zona militar de Cobán se rebautizó con el nombre de Comando Regional de Entrenamiento de Operaciones de Mantenimiento de Paz, CREOMPAZ.

La horrible historia de la base militar de Cobán -y la impunidad con la que se perpetraron asesinatos masivos de hombres, mujeres y niños– ofrece un trasfondo inquietante de las actuales operaciones de “mantenimiento de la paz”.

Por toda la capital de Guatemala se encuentran evidencias de la excavación actual en forma de anuncios en vallas publicitarias y paradas de autobuses. En el lado derecho del anuncio hay una foto de una mujer con una mascarilla quirúrgica mirando un instrumento médico. En Los Ángeles, podría ser un anuncio para adelgazar, en Houston la promoción de un hospital privado. No es el caso. El texto, en la parte superior dice: “¿Tiene un familiar desaparecido entre 1940 y 1996?” y después: “los estamos identificando por medio del ADN. Basta con una muestra de saliva”.

La Fundación de Antropología Forense de Guatemala, FAFG, organizó la campaña de anuncios para intentar identificar los esqueletos de los desaparecidos comparándolos con el ADN de sus familiares vivos. Los antropólogos de la FAFG trabajan en toda Guatemala excavando, desempolvando y finalmente exhumando restos humanos.

CREOMPAZ es una de las actuales excavaciones.

“Tenemos un poco más de 400 trincheras, en las que creo que hemos encontrado 60 tumbas y 426 esqueletos, sobre todo hombres como en los demás sitios, pero también hay mujeres, y la particularidad de CREOMPAZ es que también hay muchos niños”, declaró José Suasnavar, subdirector ejecutivo de la FAFG, en una entrevista en Ciudad de Guatemala en octubre. La FAFG es el único grupo en Guatemala dedicado a identificar lo que se estima en 50.000 desaparecidos en el conflicto armado interno del país.

Se cree que la mayoría de los muertos encontrados en CREOMPAZ son personas que desaparecieron de comunidades de todo el país. Hombres y mujeres secuestrados por el ejército cuando iban a comprar alimentos para sus hijos, personas que se despidieron de sus familias una mañana y se dirigieron a la escuela o al trabajo y nunca más se supo de ellas. La evidencia desvelada por los antropólogos forenses muestra que personas desaparecidas en varias regiones posteriormente fueron llevadas por los soldados a la base en Cobán para interrogarlas y torturarlas antes de ejecutarlas extrajudicialmente y enterrarlas en secreto.

Las exhumaciones en CREOMPAZ recuerdan escenas de terror.

“Lo radicalmente diferente en el caso de esta base militar… es que hay hasta 62 personas enterradas en una sola tumba, lo que representa un solo suceso”, dijo Suasnavar.

Hay pocas heridas de bala en los muertos, según Suasnavar. La mayoría de los esqueletos todavía muestran evidencias de ataduras y muchos revelan huesos quebrados, curados y vueltos a quebrar, lo que indica que los muertos fueron torturados e interrogados, algunos durante largos períodos, antes de que los asesinaran y los arrojasen a las fosas.

La excavación de Cobán revela la horrenda realidad del conflicto armado interno del país, en el que las personas calificadas de subversivas –activistas políticos y estudiantiles, dirigentes indígenas, miembros de comunidades, y otros– fueron secuestrados y torturados en masa. También asesinaron a niños antes de arrojarlos a las tumbas clandestinas de la base. Todo esto ocurrió en un área controlada por los militares.

De las 28 antiguas áreas militares que la FAFG ha excavado desde 1996, 24 contenían cadáveres. Algunas de estas excavaciones todavía se están haciendo y hay más bases militares, zonas y destacamentos que hay que investigar. En la excavación en CREOMPAZ se ha encontrado, de lejos, la mayor cantidad de cadáveres.

“Cuando se firmaron los acuerdos de paz, muchas bases militares o destacamentos se redujeron y cerraron. Pero los militares se quedaron aquí todo el tiempo”, dijo Suasnavar sobre la base en Cobán. “Nos dicen que ‘no sabíamos que eso sucedía, era otra época, otra gente, pero ustedes lo encontraron de modo que no queda otra alternativa que seguir trabajando’. Esas son las palabras que utilizan respecto a nuestros hallazgos. Pero la continuidad de la estructura, la función y el control territorial de este lugar es estrictamente militar”.

A pesar de las fosas comunes de la base, sigue habiendo entrenamiento militar y policial en el lugar, apoyado por países como EE.UU. y Canadá.

“Las instalaciones tienen una especie de rango de organización militar de las Naciones Unidas, de hecho los soldados y oficiales guatemaltecos que están en el lugar llevan los distintivos de los cascos azules”, dijo Iduvina Hernández Batres de la organización Seguridad y Democracia (Sedem) con base en Ciudad de Guatemala. “Esto está sucediendo, y esa unidad existe allí, a pesar de que está documentado que esta propiedad ha constituido un enorme cementerio clandestino”.

En 2011, el Centro Pearson, con base en Ottawa, realizó un taller en CREOMPAZ sobre “cooperación policial y militar en operaciones de paz” [2].

El Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio Internacional de Canadá y el Comando Sur de EE.UU. financiaron conjuntamente el evento. Los soldados entrenados en CREOMPAZ han formado parte de misiones de la ONU en Haití y en la República Democrática del Congo.

Para algunos como Ka’koj Ba Tiul, un antropólogo y profesor maya Poqomchi, CREOMPAZ ha recibido un remozamiento injustificado al convertir la base militar en un centro de mantenimiento de la paz.

“Se trata de una escuela de asesinos. El lado oculto es el entrenamiento de equipos de contrainteligencia militar,” dijo Ba Tiul que llama a CREOMPAZ “la pequeña Escuela de las Américas”.

“Hay instructores de Argentina, de Chile, de Colombia, de Norteamérica y de Israel”, dijo Ba Tiul en una entrevista en su casa, a solo una docena de kilómetros de la base. “Es el lugar en el que entrenan a todos los que formarán parte del modelo moderno de contrainsurgencia en Guatemala y Centroamérica”.


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens




Fuente: Upside Down World

Dawn Paley es una periodista independiente. Vea más de su trabajo, en su sitio en la web, dawnpaley.ca.


rCR










Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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