sábado, 18 de agosto de 2012

EL MISMO CUERPO…



INTRODUCCIÓN

En 1956, al comienzo del levantamiento en Hungría, la embajada norteamericana en Budapest concedió asilo diplomático por 15 años al cardenal Joseph Mindszenty. Irónicamente, la embajada británica en Teherán, concedió asilo diplomático a disidentes iraníes durante los eventos que rodearon a la Revolución Constitucional en Irán a principios del siglo XX. En ninguno de ambos casos los comunistas húngaros o el Imperio Qajar invadieron con sus fuerzas policiales el territorio soberano de ambas embajadas. Imaginemos la reacción de Estados Unidos y Gran Bretaña si eso hubiese llegado a suceder. Entonces, por qué ahora Inglaterra como buen y obediente cachorro de Washington quiere negarle el derecho de asilo diplomático a Assange (algunos disputan ese derecho) y amenaza con invadir el territorio soberano de la embajada de Ecuador en Londres y arrastrar del pelo al fundador de WikiLeaks. Ecuador es un país pequeño y débil que puede ser fácilmente intimidado por la arrogancia imperialista occidental que no respeta el derecho internacional cuando de sus malévolos intereses de dominación se trata. Sin embargo, el pequeño país sudamericano actuando con apego  a ese derecho ha decido valientemente otorgar protección al perseguido australiano (Australia, su país de origen, siguiendo instrucciones de su amo, lo ha abandonado). Julián Assange no debe ser considerado un fugitivo ya que no ha cometido crímenes que ameriten su extradición a Suecia y posteriormente a Estados Unidos, como claramente es la intención de este último. El caso de Assange como el del soldado Manning son un claro ejemplo de la hipocresía democrática occidental, pues mientras a éstos dos se les persigue por traición  a la patria y son considerados un peligro a la seguridad nacional, las Pussy Riot en Rusia y la bloguera cubana Yoanis Sanchez son alabadas y defendidas como ejemplos de libertad de expresión en países con regímenes "dictatoriales" que aparentemente violan ese derecho ciudadano. Marvin Najarro.




EL MISMO CUERPO CON DOS CABEZAS



















Por Luciano Castro Barillas


La periodista norteamericana Eva Gollinger, quien desde hace algunos años trabaja en Venezuela, definió a la perfección la naturaleza de los dos partidos políticos de los Estados Unidos: “Un solo cuerpo de dos cabezas”. Lo mismo se puede decir de la relación conchabada, coludida siempre para causar daños a terceros;  de Gran Bretaña y el país norteamericano.  Dentro de las habituales canalladas de su desacreditada cháchara por la libertad y la democracia, ahora resulta que el imperio no exhibe ningún interés por la extradición de Julián Assange y no ha tenido ingerencia en las autoridades judiciales inglesas para que resolvieran a favor de Suecia la extradición del australiano acusado de delitos sexuales en el país nórdico, asunto poco probable, porque si de infamias y difamaciones se trata, los Estados Unidos es, ha sido y será el no va más en abominaciones de este calibre. Bueno, esa actitud hasta educada de los gringos es asunto que solo ellos se lo pueden creer. Por debajo, subyace toda una serie de presiones políticas y diplomáticas para llevarse a Assange, vía Estocolmo, hacia los Estados Unidos y enfrentar un juicio injusto y la posible aplicación de la pena de muerte o cadena perpetua, que tanto gusta dictar a los jueces norteamericanos para satisfacer el morbo del pueblo más desinformado del mundo, sin tomar en cuenta que las revelaciones hechas por Assange en sitio de WikiLeaks sobre la hipocresía y acciones criminales del gobierno propuesto como arquetipo de democracia occidental, fue una oportunidad para “ilustrarse” y entender mejor el tipo de clase política que dirige y conduce actualmente al desastre a los Estados Unidos. Ya lo había dicho en una oportunidad el hace pocos días fallecido escritor estadounidense Gore Vidal: “No sé porque en mi país eligen para presidente a las personas de la peor categoría”. Pero ese tipo de declaraciones no se difunden en las grandes cadenas transnacionales de la información, pero sí adquiere proporciones de pasto de escándalo el hecho de que un senador sea gay o haya tenido una aventura sexual. La falsa moral gringa se rasga las vestiduras y significa el fin de una carrera política en la nación de las más abruptas inmoralidades, sobre todo políticas y económicas. Una falda privada que caiga o baje algún político en cualquier motel asume características de crisis de Estado. Así es ese mundo de terribles apariencias. Pero lo que realmente preocupa en el momento actual es el asilo otorgado por Ecuador a Julián Assange y donde medió -con las tripas retorcidas de la ira- la amenaza explícita de las autoridades inglesas de apresar en el interior del recinto de la embajada ecuatoriana en Londres al prófugo de la venal “justicia inglesa”. La pregunta es: ¿Quién es el insolente e idiota consumado capaz de hacer semejante declaración contraria a las normas del derecho internacional? Las embajadas son territorio soberano en el país donde están acreditadas. Son por derecho inviolables. Hoy, ante la petición ecuatoriana por la amenaza proferida y con la pachorra habitual, se convoca a través de la OEA a una consulta de cancilleres del continente auspiciada en primer lugar por México, los países centroamericanos y del Caribe. Estados Unidos y Canadá, para variar, se opusieron, tal lo afirmara la delegada norteamericana ante ese órgano infuncional: “Creemos que una reunión a nivel de cancilleres no sería útil y podría ser perjudicial para la reputación de la OEA”. ¿Cuál reputación es la pregunta? Sólo que sea la que tiene Yoani Sánchez ante la comunidad democrática internacional: la de una abusiva persona comprada por el dinero, que goza de una amplia libertad de expresión, que vive con lujo y boato desconocido para la gran mayoría del pueblo cubano y que, sin embargo, sigue viva, libre,  para difundir inexactitudes  (que es una manera amable de decirlo) de un pueblo que conoce y disfruta ampliamente  lo que ella no: dignidad.









Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

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